La Unión publicó una declaración oficial sobre una nueva generación de productos de tabaco que la industria tabacalera anuncia de modo agresivo como «de menor riesgo».
El mensaje clave de esta declaración, para los países que preparan legislación sobre los productos de tabaco para fumar, es que no hay pruebas a la larga de las consecuencias para la salud. Aconseja firmemente que se aplique el principio de precaución mientras no se disponga de estudios legítimos y objetivos.
El documento sitúa los productos de tabaco para fumar en el contexto de la actuación de la industria tabacalera, desde hace décadas, sobre productos para reducir el daño y la pseudo investigación que ha generado para apoyar esas alegaciones y promover sus propios intereses.